Nas dársenas da beiramar, no arrecendo portuario de breas, guanos e
salitre, o meu mundo flúe entre os chíos de carráns e gaivotas.
Nas dársenas da beiramar fabrico insólitas estrelas que nadan inquedas ao son da solaina e do bris.
Nos lienzos de
aceiro dos arrastreiros recén pintados inscríbense as mareas.
Alí, entre as ondas só esbozadas, atopo un reflexo do posible e reconcíliome con esta cidade maltratada.
En
las dársenas de orillamar, en el perfume portuario de breas, guanos y
salitre, mi mundo fluye entre los chillidos de charranes y gaviotas.
En las dársenas de orillamar, fabrico insólitas estrellas que nadan inquietas al son de la solana y de la brisa.
En los lienzos de acero de los arrastreros recién pintados se inscriben las mareas.
Allí, entre las olas solo esbozadas, encuentro un reflejo de lo posible y me reconcilio con esta ciudad maltratada.
Beiramar, porto de Vigo