Alí estaba ela, no seu cárcere satinado, toda saudade de ser nas mans e na ollada. Disparei a foto e xirei o expositor un chisco. Logo seguín andando Trocadero abaixo, con dúas rosas no sensor da cámara e a sensación dun certo e ineludible deber cumprido. Ollei cara atrás e alguén sospeitosamente parecido a min apuntaba o seu obxectivo á muller, e sorríame preocupantemente cómplice.
Allí estaba ella, en su carcel satinada, toda saudade de ser en las manos y en la mirada. Disparé la foto y giré el expositor un poco. Luego seguí andando con las rosas en el sensor de la cámara y la sensación de un cierto e ineludible deber cumplido. Miré hacia atrás y alguie sospechosamente parecido a mi apuntaba su objetivo a la mujer y me sonreía preocupantemente cómplice.
Trocadero, París
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